País: USA. Año: 2007. Duración: 117 minutos. Género: Drama. Reparto: Philip Seymour Hoffman (Andy Hanson), Ethan Hawke (Hank Hanson), Marisa Tomei (Gina), Albert Finney (Charles Hanson). Guión: Kelly Masterson. Producción: Michael Cerenzie, Brian Linse, Paul Parmar y William S. Gilmore. Música: Carter Burwell. Fotografía: Ron Fortunato. Montaje: Tom Swartwout. Diseño de producción: Christopher Nowak. Vestuario: Tina Nigro
El título se basa en un antiguo brindis irlandés: Ojalá estés en el cielo media hora antes de que el diablo sepa que has muerto y en verdad que más les vale a los protagonistas de esta historia tener en su bolsillo ese lapso de tiempo pues de otro modo dudoso me parece que surja la compasión ni de la más cándida de las almas.
Retrato objetivo de la sociedad de nuestro tiempo, nos vuelve a entusiasmar la reflexión profunda de un Sidney Lumet ya octogenario, quizá por su edad se permita retratar lo que hay sin un ápice de disfraz o bonito envoltorio, miseria humana al descubierto sin más, miserias de un capitalismo y su primogénito consumismo desaforado.
Se remueve uno en su asiento en la obscuridad de la sala y es que la visión de esta película nos crea sentimientos tenebrosos, que te hacen desear que por favor acabe ya la representación, como si el resto de humanidad que nos queda se negase a seguir visionando tanta SORDIDEZ acumulada.
Tragedia de nuestro tiempo creer que tenemos unas necesidades cuando en realidad no nos falta absolutamente de nada, que somos unos fracasados simplemente porque no podemos llevar a nuestros hijos a un colegio de élite o tragedia del que teniendo todo se queda sin nada al coquetear y acabar enganchado a la droga, todo esto y un vacío que a lo que parece no logramos llenar con cosas y más cosas, o modelos convencionales de sentimientos lleva a nuestros protagonistas a cometer uno de los crímenes más horrendos... la tragedia está servida, sólo una mente que pueda comprender la raíz, el origen de los hechos podría salvar la situación; sólo un corazón del que el perdón pudiera desprenderse podría salvar la situación...
El título se basa en un antiguo brindis irlandés: Ojalá estés en el cielo media hora antes de que el diablo sepa que has muerto y en verdad que más les vale a los protagonistas de esta historia tener en su bolsillo ese lapso de tiempo pues de otro modo dudoso me parece que surja la compasión ni de la más cándida de las almas.
Retrato objetivo de la sociedad de nuestro tiempo, nos vuelve a entusiasmar la reflexión profunda de un Sidney Lumet ya octogenario, quizá por su edad se permita retratar lo que hay sin un ápice de disfraz o bonito envoltorio, miseria humana al descubierto sin más, miserias de un capitalismo y su primogénito consumismo desaforado.
Se remueve uno en su asiento en la obscuridad de la sala y es que la visión de esta película nos crea sentimientos tenebrosos, que te hacen desear que por favor acabe ya la representación, como si el resto de humanidad que nos queda se negase a seguir visionando tanta SORDIDEZ acumulada.
Tragedia de nuestro tiempo creer que tenemos unas necesidades cuando en realidad no nos falta absolutamente de nada, que somos unos fracasados simplemente porque no podemos llevar a nuestros hijos a un colegio de élite o tragedia del que teniendo todo se queda sin nada al coquetear y acabar enganchado a la droga, todo esto y un vacío que a lo que parece no logramos llenar con cosas y más cosas, o modelos convencionales de sentimientos lleva a nuestros protagonistas a cometer uno de los crímenes más horrendos... la tragedia está servida, sólo una mente que pueda comprender la raíz, el origen de los hechos podría salvar la situación; sólo un corazón del que el perdón pudiera desprenderse podría salvar la situación...
Philip Seymour Hoffman (Andy) excepcional en su papel, los demás actores muy correctos en los suyos.
Una película de fundamentos yavídicos en la que una vez más la relación siempre comprometida padre e hijo, está profundamente perturbada, cuando esos fundamentos van de la mano con el consumismo exarcebado no cabe esperar sino lo que la pantalla nos muestra: sórdida avaricia.
Lo que menos me gustó el uso del flashback.
Y unas preguntas finales ¿quién da origen a la situación el padre o el hijo? ¿Quién es más culpable, el padre o el hijo? Cuándo nació el problema ¿con el padre o con el hijo?
Película altamente recomendable.
2 comentarios:
Hola Dasmara,
Por lo que se ve en el trailer la pelicula debe ser buena y si tenemos que hacer caso al magnifio comentario que has hecho la verdad entran ganas de ir a verla. Un abrazo y mucgos ánimos
Paquita Cervera
Dios, Cásmara, que he leído el comentario que envié y está lleno de faltas, como pensé que no entraba no lo repasé.
Te vuelvo a felicitar por tus escritos, todos son fabulosos, sigue así.
Paquita Cervera
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