Hacia Rutas Salvajes ( Into the Wild)

Todavía no salgo de mi asombro, hacía mucho tiempo que no salía del cine con esta impresión de haber sentido la presencia de eso que uno siempre anda buscando desde hace tantos y tantos años, que unas veces llamamos sentido de la vida, otras plenitud y algunas, si nos atrevemos, iluminación. Porque de esto va esta película grande, un alegoría de la búsqueda interior vertida en la vida, durante dos horas y algo nos reflejamos en el protagonista con aquellos impulsos juveniles de inconformismo, pero del bueno, ese que no busca nada material, ni justicia, ni venganza, sino la cabal comprensión y realización de lo que sentimos íntimamente; cuando para conseguirlo estábamos dispuestos a sacrificar todo lo supérfluo, advenedizo, esperanzas inútiles, ni que decir sobre la fama, gloria o dinero; se queman los barcos y se introduce uno de cabeza en el río de la vida - sin permisos ni casco-.

Cada Encuentro es una reflexión sobre las pasiones humanas, sobre las proyecciones que vertemos en nuestras relaciones, cómo vamos dejando la llave de nuestra felicidad en cada relación marchita, y en muchas de ellas también cómo adquirir ese bien preciado que es un momento de felicidad.Si algo se puede decir de Christopher McCandless es que se entregó a la vida, pudiera parecer una nimiedad, quizá cambiase toda la mía por unos pocos instantes de ese calibre, claro, si fuera lo suficientemente honesta para hacerlo. El guión es una maravilla, pero excelente también la dirección de Sean Penn, es un buen actor y ha resultado ser un magnífico director, considero que la vivencia de McCandless ha sido tratada con respeto y profunda admiración, pero también con gran dignidad cinematográfica, no podría yo decir aquí mucho al respecto pues no estoy cualificada para ello, pero la impresión como espectadora no puede ser mejor; además creo sinceramente que de haber sido Penn más joven este hubiera sido un papel que no habría dejado pasar; su presencia en la dirección se nota, gratamente se nota, se respira un aire de libertad y una íntima complicidad entre el diario y Penn; un viaje que es un viaje interior, una fotografía y unos paisajes que te llenan el campo visual de la alegría de la naturaleza salvaje, que te hace ver otra vez ese amanecer en el que ya no te fijabas y le devuelve la intensidad de la maravilla pristina de la vida tal cual, sin artificios ni golosinas añadidas; una banda sonora simpática, agradable y que acompaña con sobresaliente lo que se percibe con la vista y el corazón, la vibración inconfundible de la voz de Eddie Vedder (Pearl Jam) le va como anillo al dedo, emoción pero sin sobresaltos, un cierto toque de melancolía en algunas de las canciones y alegría o gozo sin más en otras.
Los actores también sobresaliente, no me perdería esta película en versión original; sobresaliente empezando por el protagonista Emile Hirsch, ( gracias por el soplo) que no había visto hasta ahora pero al que creo espera una magnífica carrera, desde luego se le ve involucrado plenamente en el personaje, lo borda, no creo que el verdadero Christopher fuera muy distinto; todo el reparto estupendo, parece que Hal Holbrok ha sido nominado para mejor actor de reparto (gracias por este segundo soplo) creibles y en su sitio, a todos acompaña la cadencia de la historia, no hay lugar para sacudidas innecesarias, las historias verosímiles, congruentes, hasta por cotidianas.

Te quedas pegado al asiento, con preguntas, con pájaros que revolotean en tu cabeza, y si… y por qué no… cabría otro final? cómo es que… será que ya hay un punto en el que ya no es posible volver? En fin mucho trasfondo psicológico que habrá que estudiar detenidamente a fin de entender lo más posible esto que gratamente se me ha puesto ante la vista. Si es que hasta el nombre de Christopher…..
Dónde quiera que estés, eres un bendecido Christopher McCandless. Gracias por tu vida.