21 de octubre de 2007

Los sonidos curativos (generalidades)

Los maestros taoístas, hace más de mil años, descubrieron seis sonidos que eran las frecuencias adecuadas para mantener los órganos en óptimas condiciones, porque previenen o alivian las enfermedades. Llegaron también a la conclusión de que un órgano sano vibra a una frecuencia determinada. Desarrollaron posturas sedentes para acompañar los Seis Sonidos Curativos y activar los meridianos de acupuntura o canales de energía de los órganos, aunque también se pueden realizar tumbados o de pié. Lo más importante es sentir cualquier energía negativa para poder transformarla en fuerza vital positiva.

La emisión de sonidos determinados que “resuenan” de una forma especial en órganos o glándulas del cuerpo, consiguen distintos objetivos. En algunos casos estos sonidos se mantienen como parte de técnicas curativas y en otros casos han pasado a constituir mantrams, usados en meditación

Esta práctica, lleva unos quince minutos y es mejor realizarla al final del día, antes de acostarse o también tras la realización de una sesión de tai chi, pero pueden hacerse en cualquier otro momento si no podemos al anochecer.



Hay dos tipos de sonidos distintos, los que vamos a ver a continuación son los adecuados para refrescar los órganos, es decir, extraer el exceso de calor y transformar chi usado o gastado en chi renovado y disolver las emociones negativas. El otro conjunto de sonidos (los correspondientes al video -Los Sonidos Curativos- )se practican para tratar distintas enfermedades, para que el cuerpo se mantenga fuerte, para nutrir la energía (Chi), la sangre y serenar la mente. Estos últimos los veremos en otro apartado.



Ponte ropa cómoda y quítate las gafas y el reloj


Se realizan seis sonidos, asociados a los cinco órganos principales y al “triple calentador” (un sistema que, según la medicina china, gobierna la energía de todos los procesos de transformación que ocurren en el cuerpo).



Antes de realizar cada sonido llevaremos la atención al órgano con el que vamos a trabajar, intentando “percibirlo” con todo nuestro ser, para esto es necesario que sepamos cómo es el órgano, su forma, tamaño, color y las funciones que llevan a cabo) (no “imaginarlo” con la mente). Es conveniente estar sentado, con la espalda recta y los pies bien poyados en el suelo, las manos descansando sobre las piernas, con las palmas hacia arriba. O bien tumbados si nos ayuda a concentrarnos.


Junto con la inhalación llevaremos al órgano la energía positiva asociada al mismo. Con la exhalación emitiremos el sonido correspondiente, a la vez que expulsaremos la energía negativa asociada al mismo. Cada sonido se repetirá al menos tres veces, siguiendo el orden establecido. Al trabajar con cada órgano, entre un sonido y otro podemos sonreírle.


Todos los sonidos han de emitirse lenta y uniformemente.


Si vas a realizar toda la serie sigue el orden de los ejercicios como se indica; porque así se produce una distribución uniforme del calor en el cuerpo.



Espera una hora después de la ingestión de alimentos para comenzar. No obstante, si tienes náuseas, gases, o dolor de estómago, puede practicar el Sonido del Bazo/Páncreas/Estómago, inmediatamente después de comer.


También es posible ejercitar sólo uno o algunos sonidos de la serie según lo que necesitemos, así por ejemplo, si tenemos un resfriado podemos ejercitar el sonido de pulmón, o si padecemos alguna enfermedad en alguno de los órganos practicar ese sonido con independencia de los demás. Entonces la práctica consistirá en seis repeticiones.

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