Relaciones humanas

Cuando se reconcilia un gran resentimiento (también puede traducirse por injusticia)

permanece aún necesariamente un cierto resentimiento,

¿Cómo podría considerare esto como algo bueno?

Por eso el sabio conserva la mitad izquierda del contrato,( la correspondiente al acreedor)

pero no se querella contra el otro.

Quien posee la virtud mantiene lo acordado,

quien no posee la virtud se entrega a reclamaciones.

El Tao del cielo no sabe de parentescos,

siempre se dispensa en los hombres de bien.



LAO ZI

Esto ocurre todos los días, nos fijamos en el gran dolor infrinjido y es el que procuramos trabajar, hasta el punto que nos pasa desapercibido ese rescoldo que ha quedado, sin percatarnos que muy posiblemente sea esta brasa la que siga manteniendo ese rencor que saldrá a la mínima oportunidad que se nos presente. Por eso, cómo podría ser esto algo bueno?

Me ha hecho reflexionar este fragmento del Tao Te kin, no me había fijado en que tan importante es curar la gran injusticia o resentimiento como ese pequeño resto que queda ahí agazapado, minusvalorado.

Y qué solución me propone? es genial, quedarse con la parte izquierda del contrato, es decir la que para los chinos no tiene la preferencia o, dicho de otro modo, la del acreedor; así retiramos los débitos, lo que se me debe, y me fijo sólo en lo que soy deudor. Y cómo podría yo reprochar, exigir o reclamar algo de quien soy sólo deudor y no acreedor?

Cuando lo leí pasaba por una crisis de amistad, de esas que todos tenemos a lo largo de la vida y que tantos heridos deja por el camino, y me ayudó, me indicó un camino a seguir, al menos distinto al que tengo por costumbre que es no fijarme en ese pequeño resentimiento que se me queda pegado como baba de caracol cuando ocurren estas cosas. No se si llegará a buen término, es decir si lo sabré apagar del todo, pero al menos es una solución diferente para un planteamiento que se había vuelto hábito.

Lo mismo a vosotros también os dice algo, por esto lo comparto.