Hay una serie de libros o autores, que sin ser específicos de Tai Chi o Qi Gong, hacen que esta vía sea más comprensible, incluye aquellos libros que de un modo u otro han hecho posible que esta práctica esté integrada en mi vida; hay un hilo conductor en cada persona que hace que te dirijas hacia un punto concreto, determinadas palabras, determinadas historias, determinados conocimientos van posibilitando la andadura y comprensión de los siguientes; un peldaño te invita a subir al sucesivo.
Difícil tarea la de desenredar el orden de esos peldaños, pero poco a poco se intentará, sin prisas. Presentarlos por si pudieran convertirse en los peldaños para otros; cuando se encuentran cosas importantes es gustoso compartirlas, o al menos manifestarlas, esperando que de igual modo que en uno encontraron un día una resonancia puedan otros escuchar primero esas mismas notas para luego, posteriormente, componer la propia e íntima canción...esa que se entona, como el baile de Don Juán, al menos al final de la vida, cuando uno se presenta ante la Muerte. Quizá la meta que me motiva sea esta, no quedarme ahí sin saber qué hacer ni qué decir en ese momento, si esto se vuelve siquiera posibilidad doy las cosas por bien concluidas, y lo sufrido en el camino por bien vivido.
Pero las cronologías no me son suficientes, porque por lo que empezastes a veces está ya tan lejano que no es lo que te motiva en el presente; aún teniendo por meta un orden, no será más que a final cuando se proponga; aún así, lo que fue con lo que es, porque lo que es acoge mi interés en el momento presente, pero lo que es no hubiera podido ser sin lo que fue, en fin que saldrá un orden que comenzará con las preferencias actuales, para entremezclar aquellos otros que de resultas se vayan acercando a la memoria.
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