31 de octubre de 2007

Compañia en la distancia

No se bien por qué sucedió aquello pero sucedió...en mitad de la angustia de saber que podía ser el principio de un final, el principio de una vida sesgada, abrumada por el acontecimiento, acompañada pero sola, porque en esos momentos es prácticamente imposible sentirse de otra manera, aunque lo estaba y acogida y querida..... cuánto me acordé: nacemos y morimos solos y la verdad, a fuer de no mentir, en esas situaciones de pesadilla también estamos solos....solos con nuestros más negros pensamientos, las quimeras, tenía que haber dicho, tenía que haber hecho y quizá ya no pueda, se me acabó el tiempo? y no lo viví, dónde se ha ido, no supe hacer....no quiero! no puedo vivir esto!....en mitad de ese estado de eternidad que quieres que acabe pero temes que lo haga, surgiste en mi mente, quizá más bien en el corazón y, quedó indisolublemente mezclado, una brisa suave, unas manos que acarician, una voz que no conoces, una presencia apenas intuida, pero notas el sostén, intentas traducirlo a letras conocidas pero no puedes, sabes no obstante que está ahí, te llegan las palabras que leiste y pusiste voz y alma...y así sentí tu compañía en la distancia, sin espacio ni tiempo pero llegó tu afán, tu enseñanza, tu coraje......ay alma, ay cúmulo de decisiones erradas fíjate, sin saberlo, dónde y con quien estabas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tu supieras, que yo estaba en verdad allí......
Y que además me acompañas todo el tiempo tú a mí, sin que ni siquiera te enteres.....

Cristina dijo...

Es lo que tiene el alma que no necesita de intermediarios.... cuánto me alegra saberte ahí...